Reciclado de acero: ¿qué procesos implica, qué beneficios tiene y qué soluciones comerciales ofrece?

El acero está en todas partes, desde grandes edificios o plataformas petroleras hasta pequeños utensilios de cocina. Es el material que ha impulsado el desarrollo de la humanidad desde la Revolución Industrial, al ser protagonista en la producción de maquinaria, en automóviles, en la construcción… y todavía hoy abandera las industrias punteras y la innovación. […]

Ferros Planes

Última modificación: 28 octubre 2023

El acero está en todas partes, desde grandes edificios o plataformas petroleras hasta pequeños utensilios de cocina. Es el material que ha impulsado el desarrollo de la humanidad desde la Revolución Industrial, al ser protagonista en la producción de maquinaria, en automóviles, en la construcción… y todavía hoy abandera las industrias punteras y la innovación. Y esa elevada demanda es la que fundamenta la necesidad de reciclado del acero, ya que si toda proviniera de la extracción el impacto medioambiental sería muy elevado.

El acero es 100% reciclable, es decir, que tras el proceso de reciclado se obtiene el mismo material con la misma calidad, una y otra vez. Una viga de acero puede reciclarse para fabricar exactamente la misma viga, o la carrocería de un automóvil, o la baranda de una acera. Esto hace que los productos fabricados mayoritariamente con acero sean tan duraderos además de tan reutilizables.

El acero: uno de los metales más reciclados

Al ser la mayor parte de aceros magnéticos, por su composición (hierro, níquel…) y su estructura molecular, estos metales son muy fáciles de reciclar. Debemos tener presente que en el proceso del reciclaje se usan imanes para separar los materiales, por lo que cuanto mayor sea el magnetismo inherente de un metal, más cantidad y más veces se puede reciclar y mayor es la conservación de sus propiedades. De hecho, un producto de acero nuevo, sea una lata, un tenedor, la estructura del asiento de un coche o un puente, contiene más de un 35% de acero reciclado.

En realidad, si se sigue produciendo acero es porque no hay suficiente chatarra de este metal disponible para satisfacer la demanda de nuevos productos que lo contienen, ya que muchos están concebidos para durar años (coches, embalajes), o décadas o incluso siglos (edificios, infraestructuras…) así que por razones obvias no se puede contar con ellos para obtener acero para otros productos.

Sin embargo, no todos los aceros presentan la misma facilidad para su reciclado. Los aceros al carbono y otras aleaciones con propiedades magnéticas son los más reciclables, mientras que los aceros inoxidables pueden serlo o no. Debemos recordar que en su composición podemos encontrar elementos diversos, como el níquel, el cromo, el carbono o el molibdeno, entre otros. Los aceros inoxidables austeníticos, por ejemplo, no son magnéticos por su contenido en níquel, y esto dificulta su reutilización. Estos incluyen grados muy utilizados en construcción de como el 304 y el 316, de cuyas propiedades y usos hablamos en este artículo. Sin embargo, al estar concebidos para durar, no suponen un peligro para la puesta en práctica de una economía circular.

Los aceros inoxidables ferríticos y martensíticos sí tienen buenas propiedades magnéticas, por su bajo contenido en cromo y níquel, y su uso en aplicaciones con una durabilidad media, como fregaderos, tambores de lavadora e interiores de lavavajillas, cubiertos, exteriores de neveras, tubos de escape de automóviles y otros mecanizados que se usan de forma repetitiva, hace que puedan ser reciclados continuamente sin dañar ni degradar sus propiedades.

España es uno de los países que más acero recicla de la Unión Europea, solo por detrás de países como Dinamarca, Países Bajos o Alemania.

El proceso de reciclado de acero

El valor del acero como material 100% reciclable hace que en lugar de enviarse a un centro de reciclado como ocurre con el resto de materiales los productos de acero se vendan a un depósito de chatarra a cambio de una compensación económica.

Hay tres tipos principales de chatarra de acero que se vende a los depósitos según su origen: la doméstica, la industrial y la obsoleta.

Tras la recolección, sea en persona por los desguazadores o en puntos de venta entrega establecidos o centros de compraventa, la chatarra de acero se clasifica y se manda a las acerías o fundiciones para volverla a fundir y purificarla para eliminar posibles contaminantes, solidificarla en láminas y volverlo a vender a fábricas para su uso como materia prima cómo la que usan los fabricantes de tubos y centros de mecanizado como Ferros Planes.

La importancia medioambiental del reciclado del acero

Como uno de los metales más usados del mundo, que el acero sea también el más reciclado es de vital importancia para la economía circular, es decir, aquella que procura que los productos, los materiales y los recursos (el agua, la energía…) se mantienen en el ciclo productivo el mayor tiempo posible y reducen al máximo la generación de residuos.

El reciclaje de acero conserva recursos valiosos y evita que los materiales útiles acaben en los vertederos con los demás residuos. Entre estos materiales no solo está el acero mismo, sino que también otros materiales como el estaño, el zinc o el aluminio se pueden reutilizar en envases, automóviles, electrodomésticos o piscinas, por citar tan solo algunos usos.

Menor consumo de agua y de energía

Utilizar acero reciclado en los procesos de fabricación reduce el consumo de energía un 70%, ya que evita la extracción y el transporte de nuevas materias primas (hierro, carbón que se necesita para fabricar coke siderúrgico que se usa como combustible en los hornos -puedes saber más sobre la fabricación del acero leyendo este post-). Por su parte, el consumo de agua disminuye en un 40%.

Menores emisiones de CO2 a la atmósfera

El impacto medioambiental de la producción de acero también se traduce en emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esta industria ocasiona alrededor del 5% del efecto invernadero en todo momento el mundo, solo por detrás de la industria del hormigón.

En este sentido el reciclaje de este metal también es positivo, ya que si se aprovecha que el que ya se ha usado se reduce una vez y media su peso en CO2.

Reciclar el acero de un automóvil hace que se deje de liberar a la atmósfera un equivalente a 14 depósitos de gasolina un coche mediano. Incluso reciclar un sólo envase que contenga acero puede suponer un ahorro de energía suficiente para mantener encendida una bombilla LED durante horas.

Ahorro económico en la fabricación

Además, el uso de acero reciclado en un proceso de fabricación abarata costes a los fabricantes de productos acabados y semiacabados industriales, que repercuten en el precio final de los productos y las obras realizadas. Por eso el mayor porcentaje de acero reciclado se da en la industria, y es la industria de la construcción la que lidera el uso del acero reciclado.

El acero reciclado en el mecanizado

Centros de fabricación y de mecanizado como Ferros Planes trabajan con aceros reciclados dependiendo del grado y de su aplicación, así como también reciclan los remanentes de acero que se producen durante sus procesos para incorporarse a la economía circular.

Bibliografía y trabajos de interés: