El acero inoxidable es uno de los materiales más utilizados en el área del mecanizado, especialmente en bridas y tubos. Aunque se suelen clasificar en hasta cinco familias, los tipos de acero inoxidable que representan casi la totalidad de sus aplicaciones son dos: los austeníticos y los ferríticos. Los diferentes tipos de acero inoxidable se […]
Última modificación: 28 octubre 2023
El acero inoxidable es uno de los materiales más utilizados en el área del mecanizado, especialmente en bridas y tubos. Aunque se suelen clasificar en hasta cinco familias, los tipos de acero inoxidable que representan casi la totalidad de sus aplicaciones son dos: los austeníticos y los ferríticos.
Los diferentes tipos de acero inoxidable se dividen en grados, y cada uno de ellos tiene propiedades distintas en cuanto a su maleabilidad, su dureza, su resistencia a la corrosión, etc. Porque a diferencia de lo que pueda parecer por su nombre, el acero inoxidable no es “inoxidable” de forma literal. Lo que hace que se le llame así es que, en comparación con el acero normal, puede soportar mucho más tiempo y uso antes de mostrar signos de desgaste. Y los distintos aceros inoxidables son “inoxidables” no lo son en el mismo grado.
Como hemos adelantado al principio, existen hasta cinco tipos de acero principales (aunque hay una de las familias -la de endurecimiento por precipitación- que suele incluirse dentro de otras tres), también llamados familias o categorías, según su estructura cristalina, es decir, la forma sólida como se ordenan y agrupan sus átomos, moléculas, o iones. Estos cinco tipos son:
El acero inoxidable austenítico y el ferrítico son los más utilizados (constituyen un 95% de las aplicaciones de acero inoxidable), y por eso les dedicamos el grueso de este post.
El austenítico es el tipo de acero inoxidable que representa dos tercios de la producción de este material ya que, al contener cromo y níquel y un contenido muy bajo en carbono, tiene una excelente resistencia a la corrosión, buena maleabilidad, buena soldabilidad y excelentes propiedades mecánicas como una gran ductilidad en un amplio rango de temperaturas (ya que posee la misma microestructura incluso a temperaturas criogénicas). Eso significa a la vez que no se puede endurecer por tratamiento térmico. Por eso se usa ampliamente en mecanizados de tubo. Además, es fácil de limpiar, algo especialmente importante en otras aplicaciones, en entornos higiénicos y estériles. No es magnético, aunque si se trabajan en frío pueden volverse ligeramente magnéticos así como más resistentes.
El acero inoxidable austenítico puede dividirse en tres subgrupos, las series 100, 200 y 300. Sin embargo, el más utilizado es el de la serie 300.
Son el grupo dentro del acero austenítico más grande y más utilizado. Están compuestas de una aleación de cromo-níquel (por lo que también se llaman series Cr-Ni o Cr-Ni-Mo en el caso del 316), que logran su microestructura austenítica casi exclusivamente mediante la aleación de níquel; algunos grados muy altamente aleados incluyen algo de nitrógeno para reducir los requisitos de níquel. Los grados más conocidos son el 304 y el 316, de los que hablamos más ampliamente en este post.
Los aceros inoxidables ferríticos son aceros inoxidables de cromo simple, generalmente con un bajo contenido de carbono y ausencia de níquel, que hace que su coste sea más económico. Tienen una razonablemente buena ductilidad y resistencia a la corrosión, aunque menor que los austeníticos, y como ellos, no se pueden endurecer por tratamiento térmico al tener una microestructura de ferrita como el acero al carbono (de cristal cúbico centrada en el cuerpo) está presente a todas las temperaturas, debido a la adición de cromo.
Sin embargo, mientras los austeníticos pueden trabajarse en frío para reforzarse, los ferríticos no permiten hacerlo en el mismo grado, y también son más problemáticos de soldar debido al crecimiento de grano en la zona afectada por el calor que reduce la ductilidad y puede producir grietas. El aumento del contenido de cromo y molibdeno aumenta la resistencia a la corrosión como lo hace para los aceros inoxidables austeníticos, pero ello revierte en un mayores problemas de soldabilidad.
Estos problemas microestructurales generados por la soldadura limitan el uso de este tipo de aceros inoxidables a grosores muy delgados y, por lo tanto, no se usan en la construcción de estructuras y recipientes pesados y de grandes grosores como sí ocurre con los austeníticos.
El acero inoxidable ferrítico puede dividirse en varios grados, de los que los más comunes son el 430, con un 17% de cromo, que se utiliza en fregaderos, tambores de lavadora e interiores de lavavajillas, cubiertos, exteriores de neveras, etc. y el tipo 409, con un 11% de cromo, se usa ampliamente en la fabricación de tubos de escape de automóviles. En general, sus aplicaciones giran entorno a mecanizados que se usan de forma repetitiva.
Austenítico | Ferrítico | Martensítico | Endurecido por precipitación | Duplex | |
Resistencia a la corrosión | Alta | Media | Media | Media | Muy alta |
Respuesta magnética | Generalmente no | Sí | Sí | Sí | Sí |
Soldabilidad | Muy alta | Baja | Baja | Alta | Alta |
Resistencia a altas temperaturas | Muy alta | Alta | Baja | Baja | Baja |
Resistencia a bajas temperaturas | Muy alta | Baja | Baja | Baja | Media |
Ductilidad | Muy alta | Media | Baja | Media | Media |
Ritmo de endurecimiento | Muy alto | Medio | Medio | Medio | Medio |
Endurecible | En frío | No | Por templado y enfriado | Por envejecimiento | No |