El acero austenítico forma parte de la clasificación de los aceros inoxidables correspondientes a las estructuras que contienen cromo y níquel. El austenítico se obtiene añadiendo elementos provenientes de la austenita, como el níquel, nitrógeno o manganeso, variando el contenido del cromo un 10% (del 16 al 26%) y su contenido de carbono de 0,3 […]
Última modificación: 28 octubre 2023
El acero austenítico forma parte de la clasificación de los aceros inoxidables correspondientes a las estructuras que contienen cromo y níquel.
El austenítico se obtiene añadiendo elementos provenientes de la austenita, como el níquel, nitrógeno o manganeso, variando el contenido del cromo un 10% (del 16 al 26%) y su contenido de carbono de 0,3 a 0,8%. Estas composiciones químicas los hacen mucho más resistentes a la corrosión, más maleables y soldables, así como tener unas excelentes prestaciones mecánicas.
La austenita, también conocida como acero gamma, es una forma en que se ordenan los átomos de hierro y carbono entre temperatura de 900ºC y 1400ºC, con una estructura cristalina de tipo cúbico, de caras centradas (ver más aquí).
Austenítico | Ferrítico | |
Resistencia a la corrosión | Alta | Media |
Respuesta magnética | Generalmente no | Sí |
Soldabilidad | Muy alta | Baja |
Resistencia a altas temperaturas | Muy alta | Alta |
Resistencia a bajas temperaturas | Muy alta | Baja |
Ductilidad | Muy alta | Media |
Ritmo de endurecimiento | Muy alto | Medio |
Endurecible | En frío | No |
La perfecta resistencia del acero inoxidable austenítico a la corrosión, su excelente soldabilidad y maleabilidad, su empleo en ambientes químicos muy agresivos o húmedos, propios de industrias como la farmacéutica, aeronáutica, y alimentaria hace que este tipo de acero sea el más utilizado del mercado, constituyendo su fabricación 2/3 del total fabricado.
Estas propiedades lo hacen ideal para la confección de utensilios culinarios, como sartenes, ollas o cubiertos, y también por su potente resistencia mecánica que permite una mejor higiene en la utilización de recipientes a presión.
Su resistencia a temperaturas muy altas, así como a la corrosión gracias a la presencia de carbono y al desgaste metal lo hacen uno de los aceros inoxidables más utilizados del sector.
Como ya avanzamos en un post anterior, los diferentes tipos de acero inoxidable se clasifican en series y grados, donde cada uno posee características diferentes en cuanto a su maleabilidad, su dureza, su resistencia a la corrosión, etc.
Las series en que se divide este tipo de acero son tres; las series 100, 200 y 300, siendo esta última la más utilizada por su alto contenido de níquel y manganeso, utilizado para resistir el calor.
La Serie 300 es la más corriente entre el acero inoxidable austenítico, provocando un gran cambio en las propiedades gracias a la presencia de níquel. Su fuerte resistencia a la corrosión y gran conformabilidad permite este tipo de aceros a utilizarse en una índole/rango muy amplio de temperaturas, alcanzando los 1150ºC.
El grado más común de la serie 300 es el grado 304, que generalmente contiene el 18% de cromo y 8% de níquel. Ese 8% es la cantidad mínima de níquel que se puede agregar a un acero inoxidable que contiene un 18% de cromo para poder revertir toda la ferrita en austenita.
El grado 316 es prácticamente tan común como el 304, con la diferencia de que se le agrega un 2% de molibdeno para mejorar la resistencia a la corrosión, por lo que es muy utilizado en ambientes extremos.
En el post sobre Inox 304 vs Inox 316 hablamos extensamente sobre las diferencias entre estos dos aceros inoxidables austeníticos, que son los más utilizados de la serie.
Pese a que el níquel es el elemento de aleación más utilizado a la vez de producir aceros austeníticos, el nitrógeno ofrece otra posibilidad. Los aceros inoxidables austeníticos con bajo contenido de níquel y alto contenido de nitrógeno se clasifican en la serie 200, con una elevada resistencia mecánica con una adición de níquel. Debido a su propiedad gaseosa, sólo se pueden agregar cantidades limitadas para no producir efectos perjudiciales, incluida la formación de nitruros y la porosidad del gas, que debilitan la aleación.
Su menor contenido de níquel le permite una adición de nitrógeno que incrementa la resistencia mecánica, proporcionando un grado en contenido de magnesio de 5 al 20%.
Los aceros austeníticos se utilizan en un amplio rango de posibilidades, incluyendo: